Uno de los materiales usados para la fabricación de puertas más populares hoy en día gracias a sus innegables prestaciones y sus grandes virtudes respecto a otros materiales es el aluminio. La puerta de aluminio ofrece una resistencia, durabilidad e higiene que hacen de ella la preferida por muchos ciudadanos para equipar sus viviendas.
Existen dos tipos de puerta construidos con este material, cada uno con sus ventajas y enfocadas a un uso determinado, la puerta corredera y la puerta de tipo abatible. A continuación comentaremos algunas de sus características:
La puerta corredera de aluminio es un tipo de puerta deslizante que se usa principalmente en zonas de interior o para dar paso desde el interior del domicilio a un jardín, patio, balcón y demás zonas de exterior. Su modo de apertura, con sus dos paneles deslizándose sobre los raíles del marco, permite una apertura por cualquiera de los dos paneles, adaptándose a la necesidad concreta del hogar a la par que no ocupan un espacio adicional de la vivienda.
Ello permite un gran aprovechamiento del espacio habitable del hogar, a la vez que ofrecen una gran entrada de luz natural y una sensación de pulcritud y profundidad muy apreciables.
Ambos tipos de puerta de aluminio tienen unas virtudes y usos diferenciados
El otro tipo de puerta de aluminio más común es la puerta abatible.
Pese a que en ocasiones también son usadas en el interior de la vivienda o para dar paso a zonas de exterior de la misma, este tipo de puerta es mucho más usada como puerta principal.
Su modo de apertura es el tradicional, sin embargo sus grandes ventajas tienen más a ver con su gran capacidad de aislamiento tanto térmica como acústica, permitiendo también una gran capacidad de ventilación, además de ofrecer una mayor seguridad, pudiendo carecer de cristal en su uso como puerta principal.